Corpus - Intimacy, 2024, acrylic, colour pencil and oil paint on cotton duck, 82 x 95 cm.


Patrick,

Hace más de 200 años que debía haberte escrito este pequeño texto, digo doscientos porque en pintura lo grande y lo pequeño no es fácil de medir.

Hace ya tiempo, más de cinco años seguro, que anote algunas palabras pensando que tomarían la forma de muro capaz de encerrar lo que no puede explicarse fácilmente, el tiempo sin medida que se encierra en unas líneas, formas, o unas manchas de color, tampoco unos espacios sugeridos en lentitud, esos que comienzan a crecer en nuestra mente al observarlos jugar libres, sin estar sujetos a la prisión de los algoritmos.

No es del todo certera la aseveración sobre la planitud de la pintura, el peso de su materia, ni su incapacidad de narrar el paso del tiempo. Estaríamos bastante de acuerdo en que el tiempo se detiene observando en libertad delante de algunas obras y sintiendo también, que, en otras, crecen los acontecimientos y suceden según se van enhebrando nuestra vista, pensamiento y percepción, acompañados por la acción simultanea de otras partes y órganos de nuestro cuerpo y los varios componentes líquidos que se van manifestando frente a ellas, cual catalizadores.

Es realmente imposible repetir una pintura, porque mucho más allá de los simulacros pictóricos capaces de representar con la inteligencia artificial, la pintura, aún seca respira y los simulacros no. Por ello al pintar nos empeñamos en que la sintaxis no fije del todo, en la pintura, la realidad que entienden y disfrutan nuestros ojos, al percibir y pensar, o al recorrerla. Y, es que la pintura, sí es imagen, pero también es algo más que ella, y eso pretendemos al menos atreviéndonos a practicarla.

Veo que tus obras hablan al unísono de ti y de las cosas de la pintura, de su meollo y sus alrededores. Las entiendo honestas y encuentro en ellas atmosferas cargadas de susurros, de ecos que nos sitúan en contextos sin ataduras y en vagones de tren donde las luces crudas del día se funden a veces con sus propias sombras. ¿Recuerdas esa película de Bergman titulada “The Silence” de la que me hablaste un día? A esas luces me refiero, pero en tus obras se desnudan aún más, porque las muestran crudas.

Algunas de tus obras, por ejemplo, de indudable naturaleza poética, me invitan a acercarme a ellas con discreción, las percibo rodeadas de un silencio riguroso, pero carente de dramatismos. Y me trasmiten mucha honestidad y humildad, esa que igualmente se percibe en aquella película de magia lenta y naturalista titulada Un domingo en el campo de Bertrand Tavernier.

No encuentro fácil hablar de una sola de tus obras sin citar a otras, porque entiendo en ellas realidades fragmentarias de suficiente calado, pero que dialogan y complementan con otras bien distintas, como si fueran cada una esas ventanas a mundos y atmosferas distintas, que muestras por ejemplo en Sorting (for Fernando Pessoa), 2022-23, a sucesos y personajes escondidos, bien distintos, pues creo que configuran en su totalidad una circunstancia tan compleja como la vida.

Algunas como Fugal Ruin XXXIX, 2023, me evocan muchas cosas, desde la celosía que protege la intimidad del taller, al lugar donde crece la visión, desde algunas levedades magnificas de Klee o un laberinto olvidado que solía proteger a Borges. No me olvidaría de Gort, 2023, pintura con iluminaciones, que dedicas a Walter Benjamín, ni de Corpus- Intimacy de 2024, pintura de cuerpo limpio y muy interesante composición donde vive el equilibrio sin forzar nada, donde las formas blancas silueteadas, mordidas en color teja mordiente, parecen flotar sobre una distancia enorme de leve fondo celeste. Quizás el cuadro mas atrevido que recuerdo tuyo que me hace por convenciones inevitables pensar en el cielo.

En fin, que valoro en tus obras su naturaleza poética y porque son propicias a que el acontecimiento perceptivo no se alimente solo de evidentes dosis de belleza sino que nos inducen a pensar y nos invitan al encuentro con una realidad mas compleja de lo que a primera vista parecen.

16 de junio, 2024

© Juan Uslé



English translation:


Patrick,

It's been more than 200 years since I should have written this little text to you, I say two hundred, because in painting the big and the small are not easy to measure.

It's also been a long while now, more than five years for sure, that I wrote down some words thinking that they would take the form of a wall capable of enclosing what cannot be easily explained; the measureless time that is embodied in lines, shapes, or areas of colour, or certain spaces that slowly come into being, those that begin to grow in our mind as we observe them play, free from the prison of algorithms.

The assertion about the flatness of painting, the weight of its material, or that it cannot narrate the passage of time is not entirely accurate. We would be pretty much in agreement that time stops when we observe freely certain works but also feel that, in others, events multiply and occur as our vision, thought and perception are threaded together, accompanied by the simultaneous action of other parts and organs of our body and the various liquid components that manifest in their presence as catalysts.

It is totally impossible to repeat a painting, because far beyond the pictorial simulations that artificial intelligence is able to represent, paint, even when dry, breathes and the simulations do not. That is why when painting, we insist that the syntax (of the medium of painting itself), does not completely fix in place the reality that our eyes understand and enjoy when perceiving, thinking and experiencing it. And, although painting is an image, it is also something more than that, and that is what we intend, at least, by our daring to practice it.

I see that your works speak in unison about you and about the stuff of painting, its essence and its surroundings. I see them as direct and matter-of-fact and I find in them atmospheres full of murmurs and echoes that place us in contexts where everything is untethered, and inside train carriages where the raw light of day sometimes merges with its own shadows. Do you remember that Bergman film called The Silence that you told me about one day? I am referring to that light, but in your works this rawness is stripped back even more.

Some of your works, for example, of an undeniably poetic nature, invite me to approach them with discretion, I perceive them as immersed in a rigorous silence, purging any excess drama. They transmit a lot of honesty and humility to me, something which is also present in that film of slow and naturalistic magic called A Sunday in the Country by Bertrand Tavernier.

I don't find it easy to talk about any single one of your works without citing others, because although I perceive in them fragmentary realities of sufficient depth, they also dialogue with, and complement other very different paintings, as if each one were a window to different worlds and atmospheres, which can be seen, for example, in Sorting (for Fernando Pessoa), 2022-23. They present us with very different hidden events and presences, since all the paintings, I believe, configure in their totality a circumstance as complex as life itself.

Some works, like Fugal Ruin XXXIX, 2023, evoke many things in me, from the latticework that protects the intimacy of the studio, to the place where vision grows, from the magnificent lightness of Klee to a forgotten labyrinth that used to protect Borges. I have to mention Gort, 2023, a painting with illuminations, which you dedicate to Walter Benjamín, or Corpus-Intimacy from 2024, a pared down painting with a very interesting composition where there is an equilibrium without anything being forced, and where white shapes silhouetted by means of ragged dark red lines, seem to float in front of an enormous distance with a light blue background. Perhaps this is the most daring painting that I remember of yours, and because of inevitable conventions, makes me think of the sky.

In short, I value the poetic nature of your works and because they are conducive to the perceptual event not being sustained only by obvious doses of beauty, but rather that they induce us to think and invite us to encounter a reality more complex than what it seemed to be at first.

16th June, 2024

© Juan Uslé